Junto al cementerio municipal de Aravaca, en un recinto adjunto se encuentran enterrados un conjunto de represaliados por las fuerzas republicanas durante los primeros meses de la Guerra Civil. Concretamente,
a finales de octubre de 1936 los republicanos sacaron entre 20 y 30 presos de la checa de Ventas para “darles el paseo”. Posteriormente se hicieron más sacas que acabaron también con fusilamientos en Aravaca
Entre todos ellos figuraban religiosos, militantes derechistas, monárquicos o falangistas. Pero sobre todo destacan dos nombres entre la larga lista: Ramiro de Maeztu,
uno de los intelectuales más importantes del primer tercio del siglo XX, y Ramiro Ledesma Ramos.
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